Cambio y corto

sábado, 19 de marzo de 2011

Europa, Europa


Nos costó la misma vida sentirnos europeos y que nos sintiesen europeos. Creímos en algo más que España y nos encontramos con una euroglobalización económica de la que bien nos aprovechamos. Nos acostumbramos a ver la bandera de fondo azul con estrellas amarillas en círculo en nuestros edificios públicos, incluso nos estamos empezando a acostumbrar a celebrar el día de Europa en los Centros docentes. Pues bien, en unos pocos días hemos conocido dos sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que a muchos nos han hecho palidecer. Primero permiten que un etarra asesino llame a nuestro Jefe del Estado, al Rey, jefe de los torturadores, casi ná, y apelan a la libertad de expresión, y para remate del tomate condena a España a que le pague 20.000 euritos para sus gastos. De acuerdo, se abre la veda, a ver qué juez español de 1ª instancia condena a alguien por injurias en un conflicto en el que alguien dice algo menos incierto y menos denigrante que lo que le dijo el etarra al Rey, a sabiendas que le recurrirán la sentencia y le pondrán como jurisprudencia la citada resolución del Europeo. Pero no acaba ahí la cosa, otra sentencia del mismo Tribunal Europeo dice no entrar en el tema de que en las aulas italianas se cuelguen crucifijos, ya que eso no viola el derecho de los padres a asegurar la educación de sus hijos de acuerdo con sus convicciones, así que decide que cada Estado legisle al respecto. O sea, que el muerto para vosotros y el etarra para nosotros. Toma Europa católica contra los laicistas. Con el trabajito que costó lo de la Constitución Europea y ahora para esto. Joder, veremos si al final va a ser verdad aquello que se oía de que lo que hay que hacer es españolizar a Europa y no europeizar a España.

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