Cambio y corto

domingo, 24 de junio de 2012

La poca vergüenza

Se dice que los jóvenes de cada generación tienen poca vergüenza, claro está que esto lo dicen los que pueden ser sus padres o sus abuelos. También se le achaca eso porque van rompiendo con lo "oficialmente" establecido. Pero últimamente la poca vergüenza la demuestran personajes de avanzada edad que se supone que forman parte de los estratos oficialmente elevados en rango y categoría. Ahí tenemos a Dívar, el magistrado exjefe del Supremo y del Consejo General del Poder Judicial que choriceaba dinero público para sus viajes a la Costa del Sol, donde a tutiplén se lo pasaba pipa marbelleando con cargo a los contribuyentes. Otro que no se queda atrás es el exobispo argentino que en nombre de su dios viajaba a Méjico para trajinarse a una amante conocida de toda la vida (lo que no sabemos es si el lío les dura también toda la vida); sin duda un malísimo ejemplo de honestidad de quien por su oficio pregona ser ejemplar cuando de verdad es un inmenso hipócrita, mentiroso y ruin hombre. Y poca vergüenza la de Rato, ese superministro de Aznar que se forra allá donde va sin saberse por qué; este sujeto en lugar de tener una cuenta corriente hipermegacreciente lo que tendría es que estar en la cárcel por fanfarrón, mentiroso y estafador. La poca vergüenza de los entrados en años y con vitola de seres ejemplares, demuestra que no es un problema generacional sino que este sistema está podrido.

martes, 5 de junio de 2012

Sí nos moverán

Esta ralea de políticos mentirosos que nos ha tocado soportar van a conseguir algo inaudito. Van a ser capaces de movilizar a un sector que lleva dormitando muchísimos años, sin duda gracias al desprestigio social que se encargaron de crear los antecesores políticos más o menos mentirosos que éstos, me refiero al sector docente. Mientras otros funcionarios del Estado han dado que hablar por uno u otro motivo, los docentes soportaban estoicamente todas las embestidas que los gobernantes eran capaces de darles. Evidentemente esto sucedía porque no son un colectivo unido, porque tienen unos sindicatos ineficaces y apoltronados y porque bastante hacen con aguantar las idas y venidas de los distintos sistemas educativos que los dejan como culpables de su mala situación. Pero parece que esto está cambiando, al menos parte, y los docentes ya están decididos a moverse junto con el resto de sectores de las comunidades educativas. Y no es sólo porque les han hecho un agujero considerable en el bolsillo ni porque vayan a dar dos horas más de clase, es que ven cómo se quieren cargar el sistema público de enseñanza y a esto no piensan renunciar. Bueno, siendo positivos hay algo que agradecer a la clase (?) política, han cambiado el grito rebelde de Joan Báez porque vemos que "sí nos moverán".

domingo, 3 de junio de 2012

Krahe sí, Vaticano no

Resulta que el mayordomo de Ratzinger Z Jones ha sido detenido por desvelar secretos que se suponen inconfesables, es decir, que la criatura tenía que tener esa angustia metida en el cuerpo por mucho que le perjudicara, a no ser que se los confesara en secreto de confesión a un confesor medio lelo que andara por allí y que fuera el único que no supiera las intrigas palaciegas de un Estado antidemocrático llamado Vaticano. Todavía está en la mente de muchos el caso de Juan Pablo I, ese efímero Papa que duró más menos que una pompa de jabón (como diría Paco Gandía), y todo lo relacionado con su sorprendente muerte. Se habla de masonería y de otras órdenes muy influyentes en esos secretos; luchas por el poder en una Iglesia corrompida hasta la médula y alejada como siempre del que se supone que dijo que se fundara, el olvidado Jesús de Nazaret. Y mientras Javier Krahe es juzgado por blasfemia por un juez que de forma inaudita, y sin contemplar lo que sus antecesores habían decidido (que era el archivo de la causa), decide que su actitud puede ser constitutiva de delito. Menuda prenda debe estar hecha su señoría, querrá que Krahe arda en la hoguera de su famosa canción y tendrá por consigna "divina" no contemplar entre los derechos de los ciudadanos el de la libertad de expresión, y menos referente a la que se ejerce sobre su iglesia católica, apostólica, romana ... y secretísima.