Cambio y corto

domingo, 10 de abril de 2011

Igualdad


Acabo de leer en El Mundo una noticia que me ha hecho pensar en la verdadera igualdad, no la de la Bibi, la otra que piensa en personas. Resulta que una mujer ha sido condenada por agredir a su exnovio a 35 diítas de trabajos en beneficio de la comunidad. ¿Qué pena le hubiera caído al exnovio si él hubiera sido el agresor? ¿Qué medidas inmediatas se hubieran tomado contra él? ¿Estamos hombres y mujeres en igualdad ante la ley cuando hablamos de agresiones entre personas de diferente sexo? Y cambiando de tercio, también estoy pensando que a lo mejor la gente no quiere ir en las candidaturas de los partidos por temor a que si llegan a obtener algún carguillo se vea perjudicada su familia, ya que estarían todos bajo sospecha si se les ocurre obtener un puesto público o interceder con la Administración para cualquier negocio. Daría igual la cualificación profesional del pariente de turno o que el negocio fuera lo más lícito del mundo mundial, el dedo acusador siempre les estaría señalando. Digo que quizás esto retraiga a muchas personas y hay que lamentarlo, puesto que para optar a un trabajo o tratar con la Administración debe también imperar el principio de igualdad. Pero que no se confunda el tema con lo del hijito de Chaves, ya que el sujeto ha declarado que los papeles que lo inculpan se los han robado, con lo que implícitamente está dando por hecho que son tan verídicos como fulleros. Que no, que no, que la igualdad está siendo manipulada en contra de su espíritu, ¡qué pena!

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