Cambio y corto

domingo, 24 de junio de 2012

La poca vergüenza

Se dice que los jóvenes de cada generación tienen poca vergüenza, claro está que esto lo dicen los que pueden ser sus padres o sus abuelos. También se le achaca eso porque van rompiendo con lo "oficialmente" establecido. Pero últimamente la poca vergüenza la demuestran personajes de avanzada edad que se supone que forman parte de los estratos oficialmente elevados en rango y categoría. Ahí tenemos a Dívar, el magistrado exjefe del Supremo y del Consejo General del Poder Judicial que choriceaba dinero público para sus viajes a la Costa del Sol, donde a tutiplén se lo pasaba pipa marbelleando con cargo a los contribuyentes. Otro que no se queda atrás es el exobispo argentino que en nombre de su dios viajaba a Méjico para trajinarse a una amante conocida de toda la vida (lo que no sabemos es si el lío les dura también toda la vida); sin duda un malísimo ejemplo de honestidad de quien por su oficio pregona ser ejemplar cuando de verdad es un inmenso hipócrita, mentiroso y ruin hombre. Y poca vergüenza la de Rato, ese superministro de Aznar que se forra allá donde va sin saberse por qué; este sujeto en lugar de tener una cuenta corriente hipermegacreciente lo que tendría es que estar en la cárcel por fanfarrón, mentiroso y estafador. La poca vergüenza de los entrados en años y con vitola de seres ejemplares, demuestra que no es un problema generacional sino que este sistema está podrido.

1 comentario:

  1. Querido Joaquín, me alegra mucho leer esa entrada de tu blog.
    Como dices, no sólo los jovenes tenemos poca verguenza al hacer cosas que no debemos o al no cumplir lo establecido en la Ley, la cual, por cierto, creo que debería de cambiar muchísimas cosas.
    Ahí tenemos a nuestro querido Gobierno, que, como ya he comentado en más de una ocasión, en su campaña electoral todo lo ponen fabuloso, fantástico, van a cambiar España, fuera la crisis... Y luego, ¿en qué queda? En recortes en educación, en recortes en sanidad, en recortes en la paga extra de Navidad... ¿Es esto tener verguenza o es un abuso?

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