Cambio y corto

domingo, 3 de junio de 2012

Krahe sí, Vaticano no

Resulta que el mayordomo de Ratzinger Z Jones ha sido detenido por desvelar secretos que se suponen inconfesables, es decir, que la criatura tenía que tener esa angustia metida en el cuerpo por mucho que le perjudicara, a no ser que se los confesara en secreto de confesión a un confesor medio lelo que andara por allí y que fuera el único que no supiera las intrigas palaciegas de un Estado antidemocrático llamado Vaticano. Todavía está en la mente de muchos el caso de Juan Pablo I, ese efímero Papa que duró más menos que una pompa de jabón (como diría Paco Gandía), y todo lo relacionado con su sorprendente muerte. Se habla de masonería y de otras órdenes muy influyentes en esos secretos; luchas por el poder en una Iglesia corrompida hasta la médula y alejada como siempre del que se supone que dijo que se fundara, el olvidado Jesús de Nazaret. Y mientras Javier Krahe es juzgado por blasfemia por un juez que de forma inaudita, y sin contemplar lo que sus antecesores habían decidido (que era el archivo de la causa), decide que su actitud puede ser constitutiva de delito. Menuda prenda debe estar hecha su señoría, querrá que Krahe arda en la hoguera de su famosa canción y tendrá por consigna "divina" no contemplar entre los derechos de los ciudadanos el de la libertad de expresión, y menos referente a la que se ejerce sobre su iglesia católica, apostólica, romana ... y secretísima.

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