Cambio y corto

lunes, 3 de enero de 2011

El fracaso familiar de Rouco


Me resulta chocante, no más, que el cardenal Rouco haga una convocatoria multitudinaria (ya sabemos: de autobuses y bocadillos) para defender la familia tradicional. Lo digo porque la suya propia le ha dado más de un mal rato, os recuerdo el posado en interviu de su sobrina, parafraseándolo, tal y como Dios la trajo al mundo, aunque creo que ella preferiría decir que como su madre la trajo al mundo. No es que yo tenga nada en contra de estos posados, faltaría más, lo que quiero significar es que este cardenal va predicando en contra de sus acciones, basta leer las declaraciones de la sobrina en las que se destaca: “Mi tío no se cansa de repetir que la familia es sagrada, que hay que respetarla y luchar por ella, pero luego él desprecia y abandona a la suya”. En fin, alguien podrá decir que la muchacha miente, pero eso no quita para dejar de manifiesto que el cardenal ha fracasado en su propia familia ultracatólica. Desprecia la homosexualidad, con lo que hay liado dentro de la Iglesia católica, y niega que los que optan por ella puedan formar familias (hasta negando que sea real su matrimonio), o más bien dice que esas familias están llamadas al fracaso. También desprecia el divorcio, con la cantidad de divorciados que hay casados por su Iglesia, o más bien dice que la existencia del divorcio provoca el fracaso de las familias. Y también desprecia el aborto, con lo que podrían contar los conventos católicos, o más bien lo culpa de intervenir en el fracaso familiar. Mire Sr. Rouco, fracaso es usted y su familia, y a las pruebas me remito.