Cambio y corto

domingo, 31 de octubre de 2010

Idolatría no, gracias


Hace ya mucho tiempo que dejé de ser fanático de gentes, de ahí que dejara de idolatrar a algún miembro de la farándula, a algún equipo deportivo, a algún político, etc. y sólo me quedara en la admiración pasajera o concreta (hoy se diría puntual). Por eso no he caído en el desengaño cuando me enteré de lo que le dijo Pérez-Reverte al exministro Moratinos, porque al periodista-literato lo admiro en su justa medida, no me entusiasman sus libros y me gustan bastante la mayoría de sus artículos. No puedo decir, por tanto, que tras las espantosas y vergonzosas declaraciones de Arturo sienta que como ídolo no sea de oro, sino de barro, porque nunca ha sido ídolo, pero está claro que mi admiración por él como persona ha bajado unos cuantos enteros. Seguiré leyendo sus artículos y seguro que muchos me seguirán gustando, esa es la suerte de haberme desprendido de caer en absurdas idolatrías. Por eso no puedo entender que haya personas que defiendan a capa y espada (término muy de Alatriste…) todas las acciones de un político por ser de su partido y ser su ídolo, viendo, por este motivo, negativo todo lo que digan sus rivales. Y menos entiendo que se idolatre a un partido político cuando todos sabemos que están formados por múltiples y diversas personas que están expuestas al error. Difícilmente encontraré espejos en los que mirarme que no sean temporales, me quedo con espejos puntuales y ya voy bien despachado.

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