Cambio y corto

martes, 27 de julio de 2010

El orgullo de Billy Elliot


Se oye y se lee mucha letra sobre la celebración del orgullo gay, parece que las tendencias sexuales, sean las que sean, ya no suponen un veto ni están discriminadas y por eso se exhiben tan alegremente, nunca mejor dicho por el jolgorio del evento. Pero no por ello y a pesar de la buena ley que los socialistas propusieron y que el Parlamento aprobó, es oro todo lo que reluce, que va. La realidad sigue siendo que la educación de la gente está anclada en doctrinas arcaicas que transmiten a sus hijos, haciendo muy difícil la concienciación por una real coeducación como se intenta transmitir en los centros educativos y como marca esa ley. Yo he vivido situaciones lamentables con padres que se niegan a que sus hijos reciban charlas informativas por Asociaciones de lesbianas, y doy fe de que el contenido de las mismas es de lo más aséptico. Pero peor que eso es cuando te enteras que un chico de 9 años es rechazado por los de su edad por gustarle la danza y querer practicarla, machacándolo con el típico “eres maricón”. Se ve que Billy Elliot no está en la cinematografía de las familias de esos niños machotes, una verdadera pena si lo que les inculcan es sólo fútbol y del de Bilardo. Lo bueno es que a él no le quitan las ganas esos comentarios y sigue en su empeño por la danza, y su suerte es que también algunos lo apoyamos, por supuesto que cuenta con su familia y con sus buenos amigos que sí han visto la magnífica película y que están siendo educados en el respeto y la tolerancia verdadera. Si al leer esto por desgracia te has sonrojado te recomiendo encarecidamente su visión y piensa que tu hijo también puede ser un Billy Elliot.

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