Cambio y corto

martes, 27 de julio de 2010

La señal de la cruz


A veces le pasan a uno cosas de difícil explicación. Ayer mismo, estando yo hablando con unos amigos, aparece un chavalón de unos 20 años desconocido para mí con el que circunstancialmente cruzo unas miradas, de repente él se sonríe, retira de mí su mirada y la dirige al cielo, todo esto sin parar él de andar, y finalmente se santigua. No más de un segundo duró mi perplejidad y dibujé una sonrisa en mi rostro que nadie de los de mi corrillo supo interpretar, lógicamente. A nadie le hice ningún comentario de lo ocurrido porque en el fondo me estaba partiendo de risa. Luego y en frío analicé lo sucedido e intenté explicarme la reacción de ese chaval, no sé si es que soy ahora el anticristo o el pecado andante, o simplemente que hay gente por el mundo que está muy “colgada” en un fanatismo político-religioso al que yo no agrado. No sé si a alguien le ha ocurrido alguna vez algo igual o parecido, porque yo no estoy acostumbrado a estas manifestaciones antisatánicas que tanta gracia me han hecho. Tengo muy buena percepción visual y, si lo vuelvo a ver, no descarto parar algún día a este chaval para preguntarle a qué vino el gesto, aunque a lo mejor huye despavorido temiendo que Satán lo atrape en sus redes malignas.

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